Santa Teresa de Calcuta convivía cada día con las situaciones injustas y dolorosas de los marginados, de los moribundos, de los más miserables. Nadie le era ajeno...
fuertes en la adversidad
(Dedicado a Santa Teresa de Calcuta)
Testigo del sufrimiento
de los pobres de la tierra
y con ellos compartiendo
su dolor y sus miserias...
La paz que llevaba dentro,
hacía que sonriera,
aunque le estaba doliendo
que los hombres no se quieran.
Sufría por los desprecios
a Dios y a quien la pobreza
margina de los senderos
de las clases opulentas;
a moribundos y enfermos
nunca se mostraba ajena
y todos bien conocieron
su capacidad de entrega.
El AMOR era el secreto
de su firme fortaleza
y gritaba al mundo entero:
¡HAY QUE AMAR HASTA QUE DUELA!
José
García Velázquez
Segovia,
15 de noviembre de 2.015
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