Hay algunos pecados muy arragaidos al corazón del hombre y con los que hay que luchar hasta el final de nuestros días.
LOS SIETE PECADOS CAPITALES
“Abunda el hombre malo del campo y de la aldea,
capaz de insanos vicios y crímenes bestiales,
que bajo el pardo sayo esconde el alma fea,
esclava de los siete pecados capitales…”
(Antonio Machado).
De piel cambia la serpiente
en un proceso complejo:
es más costoso a la gente
ir dejando al hombre viejo
S Como pavo real se engríe
mientras abre el abanico
y toda ocasión le sirve
para lucir su palmito.
A Para algunos el dinero
será la mayor delicia:
a él se entrega por entero
quien sucumbe a la avaricia.
L Contra su propia persona
es pecado que le injuria
al hombre que se abandona
en manos de la lujuria.
I Hay quien le cambia la cara
cuando se incendia por ira
y el mal humor se dispara
contra aquello que respira.
G Hay quienes tan sólo el vientre
es lo que les estimula
y hoy existe mucha gente
que les domina la gula.
E Dicen que es nuestro deporte
nacional tener envidia
y no hay nadie que soporte
que al vecino le distingan.
P Si hay un pecado apegado
a nuestra naturaleza,
es el estar relajado
llevados de la pereza.
Aunque tire para abajo
el pecado de nuestra alma,
siempre tenemos al lado
la asistencia de la Gracia.
José García Velázquez
Segovia, 26 de junio de 2007
Fiesta de San Josemaría Escrivá
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