domingo, 29 de agosto de 2010

Santa Mónica y San Agustín(y 2)


Este es el segundo poema dedicado a Santa Mónica y a las madres que lloran cuando los hijos seguimos caminos alejados de lo que ellas desearían. El ejemplo de Santa Mónica siempre es un consuelo...

A LAS MADRES PACIENTES (“trocasteis su prolongado llanto en un gozo mayor que el que ella deseaba”San Agustín
“Confesiones”libro VIII, capítulo XII)

Si les debemos la vida
y los múltiples cuidados
y atenciones recibidas,
nunca podremos pagarlo.
En innumerables veces,
ellas fueron las primeras
en enseñarnos las preces
que hacia Ti nos dirigieran.
Y si lejos nos marchamos
- locura de juventud-
siempre saben esperarnos
siendo faros que dan luz.
Si después del extravío
retornamos a tu seno,
encontraremos contigo
más de lo que merecemos.
Y como Tu, Señor, sabes
que por nosotros sufrieron,
es frecuente que les pagues
con más de lo que pidieron.
NO EXISTE MEJOR REGALO
NI COSA QUE MÁS TE AGRADE,
QUE VER A UN HIJO ENTREGADO
DANDO GRACIAS A SU MADRE.

José García Velázquez
Segovia, 17 de agosto de 2008

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